M A D R I D
Ya ha pasado el típico año para hacer presentes mis palabras, ya suena la música de fondo que me empuja un poquito y me remueve para que lo que antes era un papel en blanco comience a coger forma con alguna de mis historias... sí, ya está todo preparado porque se vuelve a cerrar un círculo más. Este cierre es extremadamente intenso y completo; hablo en este caso de una ciudad, de la que más se hace notar, la que me ha dado cobijo durante muchos años, a la que he odiado y querido tantísimo... efectivamente es Madrid. Y es Madrid en la que, a pesar de haber tenidos unos arrebatos de odio hacia ella, la que me ha cedido sus techos, gentes, trabajos; historias de auténticas amistades, alegrías, tristezas, mis romances... en definitiva, una importantísima trayectoria de mi vida. Si remonto en tiempos pasados aquí podría escribir un libro, pero no soy muy extensa, la claridad y concesión destacan más en mis maneras. Bien, pues por resumir un poco (y mira que me cuesta porque